La ciencia demostró durante el último año que las vacunas son una de las herramientas más efectivas contra el coronavirus. Mientras que en el mundo continúa la campaña de inmunización de la población, en paralelo, en diferentes lugares avanzan con los estudios clínicos de nuevos productos de la industria farmacéutica. En las últimas semanas poco más de 500 tucumanos completaron el esquema con el antídoto de la empresa canadiense Medicago, producido a partir de vegetales.
En Argentina son seis los centros que están aplicando la nueva vacuna y recogiendo la información del estudio que se encuentra en Fase III.
De origen vegetal, este antídoto emplea tecnología Virus Like Particles (VLP) donde las partículas se asemejan al virus pero no son infecciosas.
Más de 25.000 personas participaron de los ensayos clínicos en México, Perú, Brasil, Colombia, Argentina, Estados Unidos y Canadá
La particularidad de esta vacuna, en combinación con el adyuvante pandémico de GSK, es que utiliza plantas vivas como biorreactores para reproducir una partícula no infecciosa, que imita al virus que se busca neutralizar. En este caso, la planta es Nicotiana Benthaniama, a partir de la cual se intenta generar una respuesta inmune sin riesgo de infección. Es decir que esa planta, originaria de Australlia, permite producir moléculas de interés farmacéutico.
En Tucumán, la Clínica Mayo fue elegida para las pruebas, que incluyeron a hombres y mujeres de 18 a 59 años.
Aunque todavía se desconocen los resultados globales, los primeros indicadores sostienen que la capacidad de inmunizar contra la covid-19 es alta y sus efectos adversos siguen en análisis.
Mientras en Estados Unidos, Israel y Brasil anunciaron la pronta aplicación de una tercera dosis de Pfizer (ARN mensajero que enseña a nuestras células a producir una proteína), la vacuna candidata de Medicago podría abrir estar lista para fin de año.